UN MUSEO EN LO ALTO DEL MUNDO: CARAMULO
En los años 50 los hermanos Lacerda, construyeron dos edificios que permiten conectar dos colecciones apasionantes. Abel Lacerda habilitó un espacio de gran riqueza artística, que va desde la era antigua y romana a la contemporánea con Picasso a la cabeza, exponiendo más de 500 piezas de pintura, escultura, mobiliario, cerámica y tapices.
Sin desmerecer lo más mínimo la importancia del anterior, AutoMítico focalizamos nuestros esfuerzos en el maravilloso mundo que el segundo de los hermanos, João de Lacerda, creó a través de una insólita exhibición permanente de más de cien automóviles.
Desde los modelos más tempranos de la época del automóvil hasta las marcas más prestigiosas, como Bugatti, Rolls Royce, Ferrari, Porsche, Lamborghini, Jaguar o Cadillac, todas sus piezas han sido restauradas meticulosamente y están en perfecto estado de circulación.
El automóvil más antiguo de la colección es el Benz Dreirad de 1886, un triciclo creado por Karl Benz y considerado el primer vehículo propulsado por motor de gasolina.
El Peugeot Type 19 de 1899, tiene el honor de ser el coche en funcionamiento más antiguo de todo Portugal, alcanzando casi la perfección en su recuperación y en la calidad de los materiales originales, tras doce años de restauración.
Entre las primeras reliquias, se encuentra un Ford T de 1909, el primer coche que João de Lacerda recuperó de un estado de casi chatarra, devolviéndole el gran aspecto que hoy conserva.
También un Bugatti 35-B, pieza encargada por Henry Leherfeld, héroe portugués de la competición y conocido en Brasil por “el galgo de las montañas”. A manos de su volante, estableció el récord de velocidad en carrera, alcanzando los 208 km/h. En 1956 fue adquirido por João de Lacerda, y sigue siendo utilizado con gran frecuencia en concentraciones nacionales e internacionales como uno de los Bugatis más originales del mundo.
Una joya más del museo es el legendario deportivo español Pegaso Z102 B Touring Berlineta, que fue ofrecido por el general Franco al presidente Craveiro Lopes, cuando éste visitó oficialmente España. Queda patente de nuevo la labor de recuperación de esta obra de arte, que sufrió graves daños por las inundaciones que devastaron Lisboa en noviembre de 1967 y que posteriormente fue recuperado por iniciativa de Joao de Lacerda. El descapotable más lujoso y destacado es un Rolls Royce Phantom III de 1937, que fue digno de transportar personalidades tan relevantes como la reina Isabel II de Portugal, el Presidente Eisenhower y los Papas Pablo VI y Juan Pablo II.
Un coche muy emblemático es el Chrysler Imperial (1937) blindado, probablemente uno de los Chrysler con más historia y currículum de Portugal, ya que no sólo sirvió a Oliveira Salazar de coche oficial, sino también a una de las más mediáticas fugas de prisión de Caxias protagonizada por ocho militantes del PCP. De este hecho quedan todavía los impactos de balas en la carrocería. Marca tan sólo 30,000km y es exhibido junto a otros ejemplares utilizados por el histórico político portugués, como el modelo blindado Mercedes Benz 770 Grosser (1938) y el Cadillac Serie 75 (1947).